Entrega del Doctorado Honoris Causa a Denis Jodelet

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A propuesta del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), el pasado 24 de agosto de 2017 se hizo entrega del Doctorado Honoris Causa a Denis Jodelet, en un acto realizado en la UNQ.

Denise Jodelet ha contribuido a los campos de las ciencias sociales destacando un concepto que asociamos a su nombre: la noción de representaciones sociales.

Denis JodeletDenis Jodelet

En propias palabras de Denis Jodelet, “La representación social es una noción transversal cuya utilización es recurrente en la Psicología Social y en las Ciencias Sociales.

La comunidad científica considera como establecidas las siguientes propiedades que caracterizan las representaciones sociales:

• ellas conciernen al saber del sentido común puesto en acto en la experiencia cotidiana;
• son programas de percepción, construcciones con status de teoría ingenua, que sirven como guías de acción y de lectura de la realidad;
• son sistemas de significación que permiten interpretar el curso de los acontecimientos y de las relaciones sociales;
• ellas expresan la relación que los individuos y los grupos establecen con su mundo de vida y los otros actores sociales;
• se generan en la interacción y a través de los discursos que circulan en el espacio público;
• están inscriptas en el lenguaje y en las prácticas, actúan como un lenguaje en razón de su función simbólica y de los marcos que ellas proveen para codificar, clasificar y categorizar lo que constituye el universo de vida”.

Esta dimensión del reconocimiento por las representaciones sociales implica poner en valor científico el reconocimiento de un discurso social que no está compuesto únicamente por un discurso hegemónico y dominante, sino por el contrario, reconoce el capital cultural y simbólico de todas las prácticas sociales de nuestra comunidad.

PALABRAS DE LA DRA. MARIA CRISTINA CHARDON, QUE PRESENTARON A LA DRA. DENISE JODELET

Celebramos hoy a Denise Jodelet. Es un gusto, un honor y un desafío presentárselas en algunos minutos.
Denise nació en el norte de África, en Argelia, mas precisamente en Oran. Oran fue un enclave español desde fines del S XVI hasta fines del S.XVIII, en que fue colonizada por Francia.

Hacia mediados y finales de la década del 30 se convirtió en “la capital de España en África”, se decía en la época. De niña oyó hablar en español y aprendió a hablarlo. Vio también los campos de refugiados de la República Española, que se erigían en Oran. Comprendió el dolor.

Junto con su madre asistía a las personas que se encontraban allí con alimentos y palabras reconfortantes.

Vio las divisiones raciales. Estaban los franceses de Francia, los franceses nacidos en la colonia, y por fuera de la ciudad, población árabe y judía. Su fina sensibilidad se iba construyendo junto con su deseo de justicia y de transitar los dolores junto con otros.

Quería estudiar Filosofía y traducir Platero y yo al francés. Habiendo crecido en un entorno de tanta dureza, pudo oír también la musicalidad de la prosa poética de Juan Ramón Jiménez: “Platero es pequeño, peludo, suave.

Tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Solo los espejos de azabache de sus ojos son duros, cual dos escarabajos de cristal negro”.

Trabajo y estudio Filosofía en Argelia, junto dinero para irse a Paris. Es parte de la primera generación que trabajo las RRSS junto con Serge Moscovici.

Comenzó su tarea como investigadora rigurosa y armonizó esa rigurosidad académica con una gran sensibilidad, amalgamando de esa manera dos elementos de manera poco frecuente.
Trabajó no sólo en Francia, sino que fue armando y tejiendo redes con sus estudiantes de distintas partes del mundo.

Y comenzó sus itinerancias. Denise, la itinerante, supo ver los problemas sociales y pensar en el tema de las intervenciones para contribuir a solucionarlos. Y sus itinerancias fueron no solo geográficas sino en bibliotecas, autores y libros. Lectora incansable siempre encuentra autores y realidades nuevas que interpretar.
Denise, la sensible supo descubrir la zona muda, lo silenciado, lo no dicho de aquellos ciudadanos convivientes con sufrientes mentales y pensarlo teóricamente.

Con sus estudiantes de doctorado fue entablando amistades amorosas, fecundas, potentes. Y comenzó a tejer, a hilar, a bordar, como su madre y su abuela, pero no ya telas o vestidos, ahora armando redes de personas, de grupos de trabajo e investigación en Brasil, Portugal, en el sur de Francia, en Suiza, en Rumania, en Indonesia, en el sudeste asiático, en México, en Argentina; en redes de centros e instituciones. La vimos en los congresos trabajando, organizando, articulando saberes y experiencias de los diferentes grupos. Potenciando.

Denise, la orfebre; ha sabido esculpir y anudar las mejores cualidades de los diferentes grupos que con ella trabajamos, en una tarea colectiva y comunitaria que se expresa en las geografías que atraviesan las Conferencias Internacionales de Representaciones Sociales o las Jornadas Internacionales de RRSS. Una vez allá y otra acá, de un lado y del otro del Atlántico y del Mediterráneo. Y del Mundo. Del centro y de la periferia.

Sabe y puede escuchar las epistemologías del Sur al decir de Boaventura de Souza Santos.

Y a partir de ahora Denise, la también quilmeña, será un poquito mas nuestra. Por eso los invito a que la escuchemos.